BITÁCORA DE UN NÁUFRAGO INDIGNADO



Desde una isla casi desierta, un Robinson en el océano de la globalización. Atento/conectado/indignado veo pasar el mundo nada indiferente. Una verbena, un gran guiñol, un despropósito… Mas no puedo huir del sinsentido; estoy enganchado al destino de los demasiado humanos. Estoy condenado a pensar el mundo y verterlo en palabras y lanzarlo al mar en botellas de ceros y unos.



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martes, 8 de septiembre de 2009

EL "PATRIOTISMO" DE LA DERECHA ESPAÑOLA




El patriotismo de la derecha española ha sido siempre modélico. Fue capaz de incendiar el país en el 36 con tal de defender sus intereses y ese patrón se viene repitiendo sistemáticamente. La última ocasión que tuvimos de comprobarlo fue en la bochornosa manipulación tras los atentados del 15-M. Ahora acrecientan la ofensiva de acoso y derribo al débil gobierno de Zapatero aprovechando los vendavales de la crisis. No hay sentido de Estado, solo oportunismo para llegar al poder y hacer lo que puedan. O sea, nada diferente, en una situación en la que son Bruselas y Berlín quienes deciden. Atacan por todos los flancos, incluso asumiendo los discursos (incluso algunos izquierdistas) que no les corresponden. Disimulan su falta de programas aunmentando los decibelios de sus críticas, envolviéndose en un patriotismo que sacan a relucir ante cualquier ocasión que les propicien los otros nacionalismos, los periféricos. Quienes, de la mano de un exministro franquista, vacilaron en los primeros compases de la democracia, se han convertido en los máximos cancerberos de las esencias del nuevo régimen forjado en la Transición. Se han apropiado de la Constitución, de la bandera, incluso de la democracia... Por no hablar de sus feudos clientelares en el poder judicial y otros sectores estratégicos del Estado. De esta manera quienes no sigua sus planteamientos corre el riesgo de ser acusado de antipatriota. Precisamente la actitud que ellos demuestran en el modo de operar de cada día ante los problemas de los ciudadanos. Porque la insolidaridad, el ansia de poder, la manipulación y la mentira (son expertos en ocultar la corrupción que los carcome) no son precimamente valores patrióticos, al menos en un sentido moderno.