BITÁCORA DE UN NÁUFRAGO INDIGNADO



Desde una isla casi desierta, un Robinson en el océano de la globalización. Atento/conectado/indignado veo pasar el mundo nada indiferente. Una verbena, un gran guiñol, un despropósito… Mas no puedo huir del sinsentido; estoy enganchado al destino de los demasiado humanos. Estoy condenado a pensar el mundo y verterlo en palabras y lanzarlo al mar en botellas de ceros y unos.



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lunes, 7 de noviembre de 2011

MERKOCY VIENE DE MERCADO






Qué espectáculo, Merkozy (Merkel + Sarcozy, que suena a Mercado) imponiendo a Atenas, la cuna de la democracia, un gran trágala que presagia una enorme tragedia griega. El aborto del referéndum desesperado de Papandreu desvela la verdad (aletheia): el demos (pueblo) le importa un carajo al poder financiero que impone el orden. Mercado dicta sus órdenes también sobre Mercozy y así sigue la cadena de mando hacia los mediocres cancerberos de la UE (Van Rompuy y Durao Barroso, convidados de piedra con sueldos millonarios), hacia los gobiernos PIGS (los vagos sureños) y a la comparsa restante del norte y del Este; entre tanto la Pérfida Albión mira de reojo cómo se hunde el euro, “ese invento continental”. La criatura monetaria nació para dinamizar los mercados, nos obligó a subir el coste de la vida -los sueldos no- y ahora pugna por estrangularnos.

Los dirigentes europeos, liderados por Merkocy, que suena a Mercado, no pueden achicar tantas vías de agua, y eso que todavía no ha llegado la marea de la rebelión ciudadana, que se huele desde Atenas a Dublín. Se empecinan en salvar el barco a toda costa. ¿No sería más sensato mandar la maltrecha nave -con bandera del Banco Central Europeo- a hacer puñetas? Hay que botar otra nueva con una bandera que represente los intereses de la ciudadanía. Eso se llama cambiar de paradigma, alumbrando uno en el que los tejemanejes financieros estén sujetos al poder político soberano…. Pero eso no lo va a permitir Merkocy ni el santo patrón que los ampara. Y la gente traga amenazada por la disyuntiva “o nosotros o el caos”; así se lo han planteado a la díscola Grecia. Porque el pueblo temeroso quiere cualquier mísero puesto de trabajo antes que el caos, por eso asume los recortes del Estado de Bienestar antes que navegar con rumbo incierto. Ya sabemos lo que dan de sí las salvíficas recetas neo-liberales que están en el origen de esta salvaje crisis; mirad a la Francia del petit Napoleon, cada vez más acosada por los mercados, o a la bella Italia regida por el mejor empresario jamás soñado colocada al borde del abismo…

¡Qué triste Europa regida por el miedo y la impotencia! ¡Qué triste España a punto de echarse en brazos del repantingado y poco deseado Rajoy para que mueva un poco la rueca económica y caigan las migajas. Pan para hoy y hambre….