BITÁCORA DE UN NÁUFRAGO INDIGNADO



Desde una isla casi desierta, un Robinson en el océano de la globalización. Atento/conectado/indignado veo pasar el mundo nada indiferente. Una verbena, un gran guiñol, un despropósito… Mas no puedo huir del sinsentido; estoy enganchado al destino de los demasiado humanos. Estoy condenado a pensar el mundo y verterlo en palabras y lanzarlo al mar en botellas de ceros y unos.



Etiquetas

miércoles, 10 de abril de 2013

SAMPEDRO Y MARGARET THATCHER DESAPARECEN EL MISMO DÍA: DOS ICONOS ENFRENTADOS

              


Qué curioso, en el mismo día se van del mundo dos seres diametralmente opuestos en sus roles. Ha sido en abril, el mes en el que murió Cervantes, Shakespeare y tantos grandes... Margaret Thatcher era la Sibila Mayor del neoliberalismo que ha ocasionado la crisis profunda que nos ahoga, José Luis Sampedro, era un sabio reconvertido al humanismo desde esa disciplina económica que, según él, se había puesto al servicio de los potentados. A simple vista, la doctrina de la inglesa parece estar ganando, pero a la larga estoy convencido de que el tiempo dará la razón al español. Los tres jinetes del Apocalipsis freemarket han hecho mutis por el foro estigio: Reagan, Juan Pablo II y la Dama de Hierro. Mientras los anglosajones procuraban el rearme moral del capitalismo, venciendo sobre sus enemigos (los comunistas y las díscolas dictaduras latinas), el histrión polaco rearmaba a la Iglesia Católica en la línea de una Cristiandad reaccionaria que quería desvincularse de los avances del Concilio Vaticano II. En ello se empleó a fondo, doctrinal y disciplinariamente el entonces responsable del Santo Oficio, ni manos ni menos que el cardenal Ratzinger, quien le escribía los papeles a Wojtila. Así derribaron a la vez el muro de Berlín y los puentes de una Iglesia que quería conectarse con el mundo, como soñara Juan XXIII. El resultado es que ha desaparecido ese frío statu quo bipolar para dar paso a otro multipolar pero con unos msmos ganadores siempre: los ricos y los poderosos. El mutis de Margaret Thacher ha sido recibido con júbilo por mineros galeses y progresistas británicos mientras la derecha lo lamenta, porque sigue admirando ese talante férreo, ese ultraliberalismo autoritario que ahora echan de menos hasta en Angela Merkel. Pero la alemana ha logrado trasladar a la Unión Europea el desideratum de esa dama inglesa que quiso convertirnos a todos en pequeños capitalistas al tiempo que adelgazaba el Estado al máximo. Angela ha ido más allá, nos está convirtiendo a todos en esclavos de la maquinaria capitalista: menos sueldos, más horas laborales, más años trabajando, menos servicios sociales... Si la Thacher declaró la guerra al Estado para salvaguardar el individuo en medio de la jungla social spengleriana, la canciller germana está aniquilando también el individuo con derechos sociales. Esta dama debe ser de acero.

En medio de este calculado desmontaje la voz de José Luis Sampedro era una nota discordante en el rebaño de economistas paniaguados al servicio del contubernio neoliberal. Un hombre tranquilo, un craneo amueblado, un espíritu guiado por los valores humanistas europeos. El mundo se construye desde los valores y el escritor denunció que los pilares en los que se sustenta el actual edifico son injustos, insolidarios y miserables. Denunció sobre todo que nos lo quisieran como inevitables y verdaderos... El luchó en su dorada vejez contra esa intoxicación y paseó su bella indignación hasta su último mutis.