Me han ido brotando estos artículos desde 2010. Son, como yo, ficción para diseccionar críticamente la realidad. Hoy día eso que llaman realidad ha superado aquí a la ficción aproximándose al esperpento, que no es una grotesca estilización de la realidad española: es nuestra realidad. Nos estamos pudriendo y la “marca España” es el mayor sarcasmo del gobierno más vil de la pseudodemocracia juancarlista. Rajoy, gallego como Valle-Inclán y Franco, es un Max Estrella maquiavélico, la ficción que necesitaba el contubernio políticofinanciero para terminar de arrasar el país tras el preámbulo progrebuenrrollista de ZP. Mariano lleva a cabo, impertérrito, los mandatos de la Circe teutona que ha convertido en cerdos a los díscolos meridionales y al alicaído tigre celta. Somete a estos PIGS la Ama Merkel a una dieta de recortes sinfín y trabajo hasta los 67, mientras sus ciudadanos de primera gozan de derechos sociales y jubilación anticipada. Nuestro presidente es el porquero Eubedeo y, como él, contempla impotente cómo su piara es sumida por el agujero enorme de la crisis. Por ahí se va el sueño europeo que nos inoculó Felipe González, otro porquero que nos vendió a los intereses germanos por dos latas de aceite y un kilo de naranjas pero que, al menos, dejó un estado de bienestar (milagros de la socialdemocracia). Ahora Angelmania se ha quitado la careta, con la complicidad de sus socialdemócratas, para perpetrar un Rapto de Europa políticamente correcto; nada de panzerdivisiones ni stukas, le basta un arma letal, el euro o el arte de vender duros a diez pesetas.
Con ese beneplácito de Angela Circe, el porquero ibérico
puede reinar sobre su hipotecada dehesa hasta convertirla en un yermo a mayor
gloria de las vedettes del IBEX 35. Rajoy es un tirano banderas disfrazado de
inane registrador de la sagrada propiedad, un aprendiz de Maquiavelo (por sus
desaguisados los conoceréis…), un Zeus galaico fulminador: se escuda en sus
titeristros con cartera para abrasarlos, sacrifica a sus adversarios, aparta a
molestos plumillas… Pero sobre todo es maestro en el engaño (el pueblo español
bien lo sabe); engañó al ilustrado tertuliano Wert para convertirle en muñeco
del pimpampum de una ley que tenía su cuño, lo mismo que al listillo Gallardón
haciéndole creer que, como heredero, debía congratularse con el ala derecha de
la gaviota (“Alberto, a los progres ya los tienes ganados”…) y dejándole a los
pies de dos caballos por desbocar, el aborto y la justicia en rebelión. Cazadores
cazados, ambos están fulminados en su futuro político. Los restantes de su
Gabinete son nenas y nenes más fieles que competentes, terminales de los lobbies militares, eléctricos e
industriales…, matones sin pelos en la lengua (también) o mascarones de proa
para cortar las olas indignadas y justificar lo injustificable (Miss Soraya Transparencia). La derecha “preparada y buena gestora”, ahí
la tenemos; otra descarada fábula entre un colectivo proclive a anegarnos con toneladas
de eufemismos: derecha civilizada, centro, liberalismo, moderación, sensatez,
emprendedores y PYMES, sentido común, patriotismo, externalización, marca
España, mayoría silenciosa, creación de empleo, ciudadanos decentes… Lo que
palpa la gente con un mínimo sentido crítico es que se destruye la clase media para
alumbrar el precariado y se empuja a la generación mejor preparada de España hacia
los aeropuertos. El porquero y sus gaviotas están haciendo el trabajo sucio
para los señoritos de la Bolsa de Madrid y Doña Troika. Dejarán arrasada nuestra
dehesa, pero qué más les da si tienen reservado un rinconcito en un Edén con portal
giratorio: “Ande yo caliente”…
Esa es la realidad de la ficción de nuestra derecha.
Siempre han creído que el país era su predio particular y ahora se afanan en saquearlo
al máximo… Para justificarlo se valen de la mayoría de los terminales mediáticos
que sueltan tinta de calamar: relatos de reformas necesarias, herencias
envenenadas, izquierdas antisistema, sacrificios necesarios, transparencia y
demás farfulla. Incluso sus antiguos aliados, aquellos que contribuyeron a auparles,
son desterrados a la mínima disensión. Ha sido el avestruz Rajoy quien ha
logrado dejar fuera de juego al águila Pedro J, algo que no pudo ni la felina
inteligencia de Felipe. No es un hito muy revelador, porque la libertad de
prensa había sido asesinada desde el momento en que las gaviotas anidaron en la
Moncloa (secuestro de RTVE, preguntas pactadas, plasmas, maná institucional
para los nuestros... ). Ramírez no es el protomártir del periodismo de
investigación, sino un alquimista del Poder que ha sucumbido víctima de su
propia pócima. Que se prepare Mariano, porque escarbará en el estiércol que vaya
dejando y se lo irá tirando hasta su tumba. La suerte rajoyana está echada para
la Historia, pero a él le trae sin cuidado porque se fumará un puro recostado en
Telefónica, Sacyr o en la Ciudad del Santander.
Marca España, realidad de nuestra ficción, mísera ficción
de una cotidianidad empobrecida. Esperpento: contribuyentes y PYMES pagando los
vidrios rotos del bucanerismo políticofinanciero, pobreza rampante, derechos
sociales y salarios en merma, evasores y beautiful
people indultados, la Iglesia sacando tajada con un Papa guay, periodistas
paniaguados, incompetencia generalizada, Franco en la memoria… Menos mal que
nos queda Gamonal y las mareas, luminarias de una ciudadanía que planta cara y hace
política de verdad. Que ellos tengan el protagonismo, yo me retiro (la
radicalidad que he mostrado aquí desde el 2010 ya se ha generalizado en no
pocos columnistas). Soy ficticio, podéis comprobarlo en www.plot28.com, pero mucho más real que el esperpéntico libreto
de la España de hoy. Mi creador Hernán Ruiz me toma el relevo, quintacolumna
para seguir flagelando las miserias hispanas reales o ficticias. Hasta nunca.
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