BITÁCORA DE UN NÁUFRAGO INDIGNADO



Desde una isla casi desierta, un Robinson en el océano de la globalización. Atento/conectado/indignado veo pasar el mundo nada indiferente. Una verbena, un gran guiñol, un despropósito… Mas no puedo huir del sinsentido; estoy enganchado al destino de los demasiado humanos. Estoy condenado a pensar el mundo y verterlo en palabras y lanzarlo al mar en botellas de ceros y unos.



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miércoles, 17 de octubre de 2012

LETICIA EN EL CONCIERTO DE AMARAL. QUIERE SER LA PRINCESA DEL PUEBLO

            


La princesa está triste. ¿Qué tendrá la princesa? La Princesa de Asturias ha sido vista en el concierto de Amaral del 16 de octubre. Leticia salió con unas amigas a darse un baño de masas en la Sala Riviera de Madrid (mientras otras masas gritaban España, España en el vecino Calderón). ¿Se aburre la princesa? ¿Es una fan acérrima de esa maña de su generación? Leticia es sensible y ve que la Monarquía borbónica se aleja del pueblo. Al pueblo no le gusta que los reyes de hoy cacen elefantes, tampoco que los ladrones se cobijen bajo los mantos de armiño... La princesa quiere estar próxima al pueblo, de donde proviene, quiere estar a la última (que es periodista, coño). S.A.R. no ha elegido mal el target. El dúo Amaral arrastra a sus conciertos a un amplio abanico interclasista, a padres e hijos a la vez, a conservadores y partidarios del 15M. Eva Amaral canta de maravilla, tiene éxito y calidad, es dinámica, nada estridente, es progresista pero “sin tocar los cojones”. Leticia, que es de su edad, quiere ser la Eva que redima al pueblo español asfixiado por la constrictor de la megacrisis en un Infierno que hace poco fue Paraíso. Por eso fue a visitar a Eva, para ver si se le pegaba un poco de su carisma aglutinador, del buen rollo panclasista que necesita una Monarquía acosada por la ultraderecha (incluyendo los mal llamados “liberales”) y por la izquierda que llena las manifestaciones de tricolores. A la princesa le duele este divorcio de la gente y quiere poner remedio; por eso se acerca a Eva, que es madre nutricia de buenas  energías, quizá porque de pequeña pasó a besar a la Virgen del Pilar, patrona de una Hispanidad incluso ahora cuestionada.

Así pues, el acercamiento a Amaral ha sido un asunto de Estado, una maniobra calculada en una campaña infatigable de los Príncipes de Asturias por recomponer el espejo roto del juancarlismo. Todas las monarquías necesitan sus relatos heroicos para sobrevivir. Juan Carlos I se había inventado el suyo, el del paciente Príncipe que tuvo que agazaparse bajo el manto sangriento de Franco para luego quitarse el encantamiento del Dictador y liberar al pueblo. Por si había dudas de esto, vino el 23 F a consagrar al héroe. Pero urdangarines, elefantes y otras sospechas vinieron a arruinar ese cuento de hadas, y ahí anda la Corona oxidada y tambaleante, como el propio cuerpo de Juan Carlos. La princesa es consciente, por eso está triste, por eso quiere acercarse a las estrellas del pop, como Alfonso XIII se codeaba con toreros, cupletistas y mezzosopranos de zarzuela. Teme S.A.R. que haya llegado demasiado tarde a esta operación de salvamento, porque la parte más viva y dinámica de este país ya enarbola la bandera republicana, porque el tinglado de la Transición, que fue alumbrado y alumbró a la Monarquía neoborbónica, se está desmantelando en todos los frentes. Si hasta Juan Luis Cebrián, paradigma de la progresía europeísta bienpensante y solidaria, está persiguiendo a los trabajadores como el más ruin negrero… Vamos, que ya no le queda a Leticia casi nadie con quien sacarse las fotos, pues la metástasis del descrédito afecta a jueces, banqueros, políticos, periodistas y demás fauna del establishment constitucional. Solo quedan incólumes las estrellas del pop y allí -sin contar, claro, con heavies, skas, punkarras, indies raros, cantautores alternativos, etc..-busca su talismán energético nuestra princesa. Sí, porque ella en el fondo sintoniza inconscientemente con el lema “Revolución”  que se proyecta en la pantalla y que Eva grita con convicción. Esta Lady Diana astur teme que la revolución llegue y arruine su plan, por eso tararea con ahinco “Sin ti (pueblo español) no soy nada”… A lo que el pueblo replica que para que esta historia acabe bien ¿No tendrá la Princesa del Pueblo que desquitarse de banqueros, oligarcas, políticos ventajistas, arribistas, especuladores, periodistas paniaguados…? En fin, de todos aquellos vampiros a los que interesa que las cosas sigan como están. Difícil dilema. Termina Sin ti no sin nada y la Riviera revienta en aplausos.


viernes, 12 de octubre de 2012

IMPOSTURA DE LA DERECHA Y MISERIA DEL PODER



La derecha española alumbrada durante la Transición tiene un origen viciado: surgió de las sanguinolentas aguas del franquismo. No solo ha venido defendiendo los intereses de las oligarquías económicas que se prolongaron sin cortapisas en el nuevo régimen, sino que tampoco ha roto con esa tradición autoritaria que siempre ha caracterizado a los conservadores hispanos. “Aunque la derecha se vista de seda liberal, autoritaria se queda…”. Y esa es su primera gran impostura. Esperanza Aguirre ha demostrado hasta qué punto ese autoritarismo puede travestirse de liberalismo anglosajón y populismo castizo a la vez (la cuadratura del círculo) A su vez, sus admiradores del “liberalismo” mediático oscilan en su práctica comunicacional entre el neofascismo y el pesebrismo malabarista. En el ámbito anglosajón esta tendencia se llama conservative o free market (neocon en su visión más extrema), pero en España estos señores han secuestrado la bella palabra “liberal” surgida en las cortes gaditanas para vaciarla de su sentido originario. Si Torrijos y tantas víctimas liberales del autoritarismo fernandino levantaran la cabeza y vieran como los nuevos inquisidores advocan la vitola por la que dieron la vida…  La pulsión autoritaria se ha encarnado en el Gobierno de Rajoy -el “progre” Gallardón la abandera ahora- y se ha destapado en la gestión que la Torquemada Cifuentes (su Delegada en Madrid) ha hecho del “asalto” al Congreso de los Diputados 25S. Todas las miserables técnicas de los gobiernos nada democráticos han sido desplegadas, desde las presiones previas hasta los frustrados intentos de criminalización posterior o el colofón de pretender limitar el derecho constitucional de manifestación. Para rematar la operación, la intoxicadora RTVE neofranquista se sumaba a la caverna mediática dominante.
Otra impostura: la derecha española se presenta como partidaria de la iniciativa empresarial, los emprendedores, las PYMES, etc. La política económica actual demuestra que favorecen a las grandes fortunas, a las empresas más capitalizadas y blindan a los bancos, incluso a los que la han pifiado (¿por qué con ellos son tan partidarios de las ayudas públicas y tan renuentes al libre mercado que los dejaría caer?). Los Rajoy’s boys no han implementado ninguna iniciativa para desarrollar la investigación (laminada en los presupuestos), la innovación, el desarrollo, la ciencia, la tecnología… Lo que constituye la levadura de crecimiento con vistas al futuro. En Europa las industrias culturales han crecido recientemente un 2 % más que el resto y aquí se está acabando con ellas por prejuicios ideológicos. No hay duda, el blindaje de la “clase senatorial” -en connivencia con el PSOE- y el servilismo a los planes de los acreedores bancarios germanos (con Merkel como punidora bondage) son sus únicos objetivos. Entre tanto el país deja marchar a la generación más preparada de nuestra Historia y la gente pierde poder adquisitivo, por no hablar de los derechos ciudadanos. El PP no tiene nada de popular (¡la impostura está hasta en el logo!) y mucho de populismo demagógico. El viejo espantajo de la derecha antiilustrada, meapilas, cavernaria y torticera se va desvelando conforme conocemos las medidas de este gobierno “desacomplejado”. La impostura de una “centro derecha laico” que se pretende desde los noventa ha quedado en evidencia: para las ayudas a la Iglesia Católica no hay ni un recorte ni límite de sus evidentes privilegios.
Porque nuestra derecha, con vocación de derechona hogaño, fue tímida, retraída durante buena parte de la Transición y la égida socialista, quizá por su mal curado complejo franquista. Aznar se sacudió ese fardo freudiano adoptando un liberalismo expansivo en la primera legislatura que iría inflando las burbujas que ahora nos han explotado en la cara. Ese presidente, al que le salió la vena autoritaria neocom en su desafortunado segundo mandato, se convirtió en el gran defensor de un orden constitucional que él y su partido de entonces (AP) habían aceptado a regañadientes. Ahora el PP es el gran fundamentalista de ese régimen de la Transición al que ellos han contribuido, con el PSOE,  a corromper y dejar obsoleto. Esa es precisamente otra de las imposturas: erigirse en los defensores a ultranza de la democracia y la Constitución, acusando de “antisistema” a los que proponen reformas para regenerar la democracia.
La eficacia y la solvencia profesional, sobre todo en economía, es un lugar común atribuido a la derecha. El ejecutivo rajoyano está demostrando hasta qué punto esto es un mito. No hay más que revisar los datos macroeconómicos de su gestión para comprobar lo desastrosa que está siendo, sin ideas ni otra hoja de ruta que no sea la ciega sumisión a la desastrosa política de recortes impuesta por la troika. Ese gobierno acorde con los mercados que iba a ser respaldado internacionalmente, está dando muestras de estar en la inopia en la percepción geopolítica. Todavía no se han enterado de que el New York Times ha decidido poner a España como ejemplo de las malas políticas conservadoras en un tiempo electoral donde apuestan por apuntalar la candidatura “rooselvetiana” de Obama. Pero el ingenuo presidente manda al Rey a esa boca del lobo y sale trasquilado… Si hasta el candidato republicano Romney ha puesto a España el primer debate con Obama de lo que no quiere hacer…Tampoco se han enterado de cómo la Señora Merkel utiliza a Rajoy como escudo para que los españoles le lancen los dardos que, en buena lid, deberían ir dirigidos a ella como máxima responsable de nuestros desastres. Así pues, el Gobierno se ha encontrado con demoledoras crónicas de España al otro lado del Atlántico, a las que también ha contribuido la represión desmedida e injustificada del 25S. Todo ello ha colocado la “marca España” en la senda de la vieja leyenda negra. Y eso también contabiliza en los inveterados mercados…
Y por último, la impostura de la sinceridad (el leitmotiv de Rajoy en su oposición a ZP), que ya quedó desmontada en los episodios mendaces de la Guerra de Irak, Prestige y 15M y que se repite en esta legislatura de la mano de la manipulación más grosera: el Gobierno actual ha hecho del eufemismo una de sus señas de identidad. Cada día hay más ejemplos. Después de tanta crítica, no crean que soy partidario de la extinción de una derecha auténticamente liberal que promueva valores de iniciativa, eficacia, excelencia… compaginados con un sentido ilustrado y tolerante. Es un contrapunto necesario a ciertas derivas “funcionariales” de nuestra izquierda… Pero ese centroderecha me es difícil encontrarla en la Península ibérica, incluyendo las que se envuelven en banderas para disimular su esqueleto reaccionario…
No soporto las imposturas. No soportaba la fachada progre de ZP que ocultaba su connivencia con los poderes financieros y las fuerzas fácticas de siempre, por eso me exilié en una bella isla tropical de cuyo nombre no quiero acordarme... Creo en la democracia de ciudadanos conscientes y participativos, pero también creo que el Poder, con una mayúscula que apela a  su energía negativa, hace difícilmente viable ese ideal. Ante eso solo queda la rebelión de los ciudadanos libres, como la lucha del G28, cuyo rastro podréis seguir en www.plot28.com.

                       Jaime Miñana, filósofo      www.ruinasdelnaufragio.com  @jaimeminana