Sigue el Gobierno ZP empeñado en minimizar la crisis cuando todo se incendia alrededor. El sistema de la Restauración democrática, erigido desde la Transición y consolidado con el pacto interesado de los dos grandes partidos, está en llamas con la gran pirocrisis del capitalismo. No es sostenible una economía fundamentada en el soufflé inmobiliario y en la especulación bancaria, no es sostenible que apenas haya tejido productivo, no es sostenible que no se fundamente nuestro desarrollo en el I+D+I+I, no es sostenible que la clase política tenga sueldos cinco veces superiores a la media nacional. El gobierno socialdemócrata de Rodríguez Zapatero no ha acometido ninguna de las reformas necesarias desde que llegó al poder en marzo de 2004. En lo económico, ha hecho amagos a las energías renovables y a la investigación científica, pero no ha fundamentado ese cambio de paradigma necesario; el dominio de las entidades financieras es total, tanto de bancos como de las Cajas de Ahorro manipuladas por el poder político hasta límites kafkianos, el sometimiento a las directrices germanas y la dictadura del euro son totales... De hecho, no es mucho el margen de maniobra que queda a estas colonias periféricas PIGS... Sin embargo, sí podría haber acometido ZP una reforma bancaria necesaria, otra imperiosa reforma de una injusta fiscalidad (esto sí que es auténtica socialdemocracia) y otras medidas que no fueran a asentar los privilegios de los poderes financieros (http://e-pesimo.blogspot.com.es/2008/12/trato-de-favor-los-banqueros-aguinaldo.html) y hasta de una Iglesia Católica que maniobra continuamente hacia la derecha.
De esta manera, uno se pregunta, cuál es la diferencia fundamental con la derecha. Poca, sin duda. El PPOE es una misma moneda con dos caras, una moneda que converge en intereses parecidos de pretender mantener el estatus privilegiado de su clase senatorial y advenedizos. Por eso ellos serán los últimos en sacrificarse en la crisis. El PSOE de ZP, en su insustancialidad ideológica, presenta una aparente progresismo que no hace sino disimular su verdadero alieamiento con el establishment. Pero esto merece un artículo aparte...
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