Afuera rugen tormentas tropicales mientras me sumerjo en el submundo futurista de Alphaville (Jean-Luc Godard, 1965). En esa distopía parisina regida por el Gran Hermano se habían prohibido las palabras importantes: porqué, amor, llorar y conciencia... Nos suena muy lejano, pero a mí las noticias que me llegan a la isla de la distante y cercana España me hacen pensar en un panorama próximo a la película del genio ginebrino. El Gobierno Big Brother del PP se ha empeñado en imponernos una cadena de eufemismos que impidan llamar a las cosas por su nombre (ver mi artículo de El Periódico de Aragón del 21 de abril). Se empieza así, se continúa controlando la televisión pública y se finaliza imponiendo una miserable dictadura que, eso sí, llevara el marchamo de liberal. Pues ya sabemos por el TDT Party que en España tras la máscara liberal se ocultan los huevos de la serpiente.
BITÁCORA DE UN NÁUFRAGO INDIGNADO
Desde una isla casi desierta, un Robinson en el océano de la globalización. Atento/conectado/indignado veo pasar el mundo nada indiferente. Una verbena, un gran guiñol, un despropósito… Mas no puedo huir del sinsentido; estoy enganchado al destino de los demasiado humanos. Estoy condenado a pensar el mundo y verterlo en palabras y lanzarlo al mar en botellas de ceros y unos.
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sábado, 5 de mayo de 2012
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La última ocurrencia de nuestro gobierno es crear una grupo policial para espiar a los "lideres" del 15M en Twitter y Facebook. Feliz 1984!
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